El ayuntamiento admite lentitud en lo administrativo pero niega cualquier incumplimiento de la ley | ICV quiere llevar el caso a la Fiscalía por presunta prevaricación por omisión en la realización de nuevas obras
Vida| 26/04/2012 - 00:21h
Marc Torras
La agrupación local de ICV en Castellar del Vallès quiere que se abra un expediente urbanístico por falta de autorización en las obras del recinto municipal del Casino del Racó. Según la formación ecosocialista el ayuntamiento otorgó un "consentimiento verbal" a la empresa adjudicataria El Racó de Castellar Esports SL para realizar obras en el equipamiento municipal en agosto de 2011 a pesar que la nueva concesionaria "tan solo tiene autorización de gestión desde marzo de 2012". Así lo relata el portavoz Daniel Martínez, quien subraya que "si ocurriera un accidente habría responsabilidades penales por parte de los responsables municipales".
Martínez concreta que las dos nuevas pistas de pádel, el gimnasio y el arreglo de las pistas de tenis se han realizado sin los permisos: "el expediente de obras está vacío y se han invertido más de 300.000 euros desde setiembre". Además explica que la empresa en cuestión se constituyó en junio pasado "con rol social en la instalación, por lo que el ayuntamiento debe tener conocimiento de todo ello". Ante estos indicios, los integrantes de la formación han decidido denunciar el caso por "presunto delito de prevaricación por omisión".
"Se ha hecho pulcramente"
Por su parte, el concejal de Urbanismo, Aleix Canalís, asegura que todo "es legal" y que no entiende la denuncia. Explica que este mismo jueves la concesionaria presentará la documentación, de manera que lo hará dentro del plazo fijado en el pleno municipal. Básicamente, a parte de los permisos para el proyecto de obras, se requiere la licencia ambiental para desarrollar las actividades. Por lo que refiere a las instalaciones ya construidas Canalís explica que los trámites "se han hecho en paralelo" y que no suponen el grueso del proyecto tal y como apunta ICV. Eso sí, el edil admite que "la cuestión administrativa ha ido demasiado lenta".
Anteriormente el recinto fue gestionado por una entidad sin ánimo de lucro, pero según explica Canalís "los gestores se veían incapaces de salir adelante con la actividad y la concesión". Ahora, con el cambio a manos de unos profesionales considera que el funcionamiento del espacio será viable. El calendario para finalizar las obras concluye en 18 meses
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